Fluyo con las vetas, 2021 — grabado en relieve (xilografía).
3 matrices de contrachapado (60 × 78,5 cm).
Papel Canson Edition blanco, 250 g, 100% algodón (70 × 82 cm y 70 × 78,5 cm).
La serie presentada es un paso en la búsqueda de un proceso creativo que es a la vez refugio: un arte libre de pensamientos, opiniones y expectativas. Primero destruyo la madera en forma de silueta, del mismo modo que destruyo el ego que impide disfrutar de la creación. Preparada la superficie del trabajo, no queda más que repetir el gesto para entrar en un proceso automático.
Trabajando la xilografía activo los sentidos: siento la textura de la madera bajo los dedos, escucho su resistencia a la gubia, sigo el trazo con los ojos e inhalo el olor de las tintas. Me dejo llevar por la estructura de las vetas, entro en estado meditativo y me libero de las frustraciones que a menudo sufren los artistas. El espectador puede recibir la obra de la manera que sienta conveniente; no hace falta forzar grandes ideas: la intención es retener el disfrute del proceso en una dimensión física.
La dualidad del proceso xilográfico rompe la madera y, a la vez, crea surcos que luego crearán la imagen: destruir para dar vida, como los ciclos de la naturaleza. Como grabadora, me siento como una lombriz que descompone lo que ya no sirve para convertirlo en tierra fértil. La imagen busca ser también un espacio fértil que alimente todo tipo de sentimientos.
Los grandes maestros de meditación dicen que para lograr una verdadera conexión espiritual primero hay que habitar el plano material, conectar con el cuerpo y la sensorialidad. Tras grabar las tres planchas que crean esta serie, me siento más cerca de lo profundo de mi conciencia. Entrego la obra al espectador para que la contemple no solo con la mente, sino con los sentimientos.
