Me disuelvo, 2022 — aguatinta.
3 matrices de zinc (50 × 50 cm).
Papel seda inglés de 12 g (48,5 × 48,5 cm).
Obra perteneciente a una investigación de proceso creativo libre, descontrolado, placentero y terapéutico: una meditación en acción. Al meditar apagamos la mente para reconocer una conciencia infinita en la que todos somos uno; luchamos contra el ego para experimentar la perfección del engranaje del universo.
La ley de conservación de la energía nos recuerda que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Para que una vida nazca, otra debe morir: una parte de mí se disuelve para dar vida a una imagen. El proceso creativo deviene metáfora del ciclo de la vida y del equilibrio que sostiene la existencia.
La serie busca ilustrar la red invisible que nos conecta. Como la luz vuelve visible el agua, la perfección de los sucesos nos muestra la interdependencia. La realización de este proyecto fue posible gracias al esfuerzo y ayuda del taller y de múltiples personas expertas; incluso el papel —imposible de conseguir— fue un regalo de una profesora de restauración. Todo sucedió como debía suceder.
